El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, también llamado Día Internacional de la Mujer, reivindica y visibiliza la lucha de las mujeres por su participación y reconocimiento, en pie de igualdad con los hombres, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como personas.

La desigualdad que denuncia el feminismo es estructural y global, asentada y sostenida por un sistema capitalista y patriarcal, cuyo objetivo es obtener beneficios para unos pocos a costa de las personas más vulnerables y oprimidas, que terminan siendo las mujeres en todo toda su diversidad (migrantes, racializadas, trans, con diversidad funcional, jóvenes y mayores).

Y siendo el feminismo una lucha global, no puede olvidarse de violaciones de derechos humanos como el genocidio en Gaza, las guerras de Sudan y Ucrania o las violencias estructurales contra las personas migrantes en la Frontera Sur. Las guerras profundizan en la desigualdad de género, clase y raza.

Es igualmente el sistema capitalista y patriarcal el que, para seguir manteniéndose, necesita que las mujeres cuiden de manera gratuita y sigan criando para aportar mano de obra. Buscan fomentar la natalidad controlando el cuerpo de las mujeres, en lugar de posibilitar los apoyos que permitan a las personas desarrollar su proyecto de vida y que en él se pueda incluir tener una familia si así se quiere, sin necesidad de sacrificarlo todo.

La sostenibilidad de la vida es responsabilidad de la sociedad en su conjunto, sin embargo, la organización social de los cuidados sigue siendo capitalista y patriarcal. La resolución de los cuidados recae sobre los hogares y de manera principal sobre nosotras, las mujeres, de manera gratuita, pero cuando sale al mercado lo hace en condiciones de precariedad absoluta, por lo que el resultado es un reparto del trabajo de cuidados basado en la desigualdad de género, etnia y clase social.

Las trabajadoras de cuidados a pesar de hacer un trabajo esencial están infravaloradas: las empleadas de hogar, las cuidadoras de las residencias, las limpiadoras, las auxiliares de ayuda a domicilio son colectivos que denuncian una y otra vez la precariedad de sus condiciones laborales. Mujeres trabajadoras pobres porque muchas veces sus nóminas están por debajo del salario mínimo que debe ser completado y en el peor de los casos, pierden sus complementos por transporte u otros.

El Plan Corresponsables puesto en marcha por el gobierno de coalición, es una nueva política pública destinada a iniciar un camino que consolide el cuidado como un derecho, favoreciendo que el Estado sea corresponsable de los cuidados de forma decidida apoyando el derecho a la conciliación y a la corresponsabilidad. Es nuestra responsabilidad, como administración más cercana a las vecinas y vecinos, que estos planes lleguen y se ejecuten. Incluso que nos sirvan como herramienta para implementar acciones que vayan más allá en lo referente a políticas de cuidados y mejorar nuestras actuaciones en este sentido. Además de garantizar las medidas necesarias para revertir la precariedad de las trabajadoras de cuidados.

Es innegable que, como consecuencia en gran medida de los efectos de la pandemia, que una vez más han afectado en mayor medida a las mujeres, en los últimos años estamos sufriendo un estancamiento, cuando no un retroceso, en determinados avances. Utilizando datos oficiales del Ministerio de Trabajo, podemos decir que es la primera vez en siete años que aumenta la brecha salarial entre hombres y mujeres, una desigualdad que es ahora del 20%.  Las mujeres cobran 5000 euros menos al año, de media, que los hombres.

En los contratos temporales la diferencia se ha multiplicado por 12 desde la pandemia. En 2019 había 27000 mujeres más temporales que los hombres, y ahora son 337.000 En los contratos parciales por cada hombre que se acoge hay más de doce mujeres trabajando a tiempo parcial para cuidar a la familia.

Las mujeres trabajamos al año 73 días gratis. A este ritmo, tardaríamos 50 años en alcanzar la igualdad salarial.

En los últimos años la excedencia para el cuidado de hijos ha aumentado un 15% y de ellas el 84% son solicitadas por mujeres.

Desde Coalición por Aranjuez reafirmamos nuestro compromiso con la lucha por la igualdad efectiva y real entre hombres y mujeres y concretamos nuestra acción municipal en este terreno, con los siguientes objetivos y propuestas que, desde la responsabilidad de la oposición, trabajaremos por que el ayuntamiento pleno y, especialmente el equipo de gobierno haga suyas.

Apoyo incondicional a todas las acciones que se lleven a cabo en el entorno reivindicativo del 8 de marzo.

Trasladar al equipo de gobierno y al ayuntamiento pleno, la necesidad de comprometer, en un plazo máximo de seis meses, la creación del Consejo de mujer e igualdad del Municipio de Aranjuez, como órgano de participación de las Asociaciones de Mujeres y colectivos LGTBI+ de ámbito local, y a la vez como órgano de representación de estas asociaciones en el Consistorio. Su objetivo fundamental será lograr la incorporación de la perspectiva de género en las políticas municipales y que la voz de las mujeres de Aranjuez sea escuchada y tenida en cuenta.

Trabajar por comprometer al menos el 5% de los presupuestos municipales en políticas públicas para favorecer la igualdad y la corresponsabilidad, trasladando de manera trasversal, ese incremento a todas las delegaciones municipales.

Elaborar un nuevo Plan de Igualdad Municipal con el apoyo del consejo de la mujer y la participación directa de los colectivos afectados.                                                                                                                                                    

 Marzo de 2024

por CPA

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